Turismo de masas: ¿éxito económico o amenaza sostenible?

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Turismo en masas

El turismo de masas ha sido durante décadas uno de los grandes triunfos económicos del mundo globalizado. En países como España, representa un porcentaje fundamental del PIB, genera millones de empleos y dinamiza sectores complementarios. Sin embargo, su impacto cada día es mayor.

Y recientemente un artículo en The New York Times puso sobre la mesa esta creciente entre el triunfalismo de los récords de visitantes versus las consecuencias reales sobre la vida de las personas y el equilibrio medioambiental. Los datos son elocuentes, pero la interpretación y la respuesta están lejos del consenso.

Saturación y conflicto: ¿a qué coste crecemos?

En las Islas Baleares, símbolo del turismo internacional, las alertas llevan años activas. Las cifras de visitantes se disparan mientras la capacidad de carga ambiental y social se ve desbordada. El Govern balear ha optado por rescatar 90.000 plazas de alquiler vacacional, renunciando explícitamente al decrecimiento turístico como vía de sostenibilidad.

A esto se suma un preocupante informe que identifica más de 600 conflictos ambientales activos en Baleares, muchos de ellos vinculados directamente al turismo masivo. El consumo excesivo de agua, la presión sobre el litoral y el precio de la vivienda son solo algunas de esas consecuencias directas.

Parches o soluciones: ¿qué estrategias están funcionando?

Algunas comunidades autónomas y gobiernos locales han comenzado a implementar medidas para tratar de aliviar la presión turística: tasas turísticas, limitaciones de vehículos, redirección de flujos o promoción de destinos alternativos. Gipuzkoa, por ejemplo, ha rediseñado su plano turístico para repartir mejor las visitas, y Aragón debate sobre un modelo más regulado y socialmente equilibrado.

Pero igualmente estas medidas no parecen suficientes. A menudo actúan como simples vasos comunicantes: el turismo se traslada de una región saturada a otra aún no preparada para asumir el flujo, sin resolver el problema de fondo. La cuestión realmente relevante sigue sin respuesta clara: ¿qué medidas serán óptimas y suficientes para alcanzar un turismo verdaderamente sostenible?

El núcleo del problema: ¿cómo medimos el éxito?

Uno de los puntos más debatidos entre urbanistas, sociólogos y economistas es que el parámetro que sigue rigiendo el turismo global —el número de llegadas— está obsoleto. Mientras se celebre el éxito por el aumento de turistas, sin tener en cuenta la huella ecológica, la calidad de vida de los residentes o la resiliencia del ecosistema, difícilmente se avanzará hacia una transformación real.

Muchos expertos coinciden: no se trata solo de gestionar el volumen, sino de redefinir los valores que guían el modelo. Esto implicaría cambios más profundos en cómo se planifican las ciudades, cómo se legislan los usos del suelo, cómo se reparten los beneficios y, sobre todo, cómo se escucha a las comunidades locales.

Hacia un nuevo paradigma turístico

La Organización Mundial del Turismo (OMT) ha establecido principios para un turismo sostenible que contemple el equilibrio económico, social y medioambiental. Sin embargo, la implementación real de estos principios choca una y otra vez con los intereses inmediatos del sector, las urgencias presupuestarias de los gobiernos y la falta de coordinación entre administraciones.

Lo que emerge, por tanto, es un problema sistémico: el turismo no es solo un sector económico, sino un fenómeno cultural, social y político que requiere gobernanza, planificación y, sobre todo, una visión a largo plazo.

El turismo de masas pone en evidencia un dilema global: crecer sin límites o cambiar de rumbo. Hoy más que nunca, necesitamos revisar los indicadores que definen el éxito en este sector y apostar por un modelo que no solo mire los beneficios a corto plazo, sino que garantice que los destinos sigan siendo habitables y atractivos dentro de 20, 30 o 50 años.

La solución no vendrá de una única medida, sino de una transformación integral que comienza por tomar conciencia, dejar de contar turistas y empezar a contar con otras variables.

Artículo de referencia:
¿Cuál es la clave para frenar el turismo de masas?

Otras fuentes consultadas:
El mapa que identifica hasta 607 conflictos ambientales activos en Baleares
El Govern rescata 90.000 plazas de alquiler vacacional y renuncia al decrecimiento turístico
Estrategía de sostenibilidad turística en destinos
Gipuzkoa lanza un nuevo plano turístico para distribuir mejor los flujos de visitantes


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